sábado, 20 de febrero de 2010

Fiesta nacional del chamamé

La 20ª fiesta nacional del chamamé y 6ª del mercosur, en marcha Un evento de altura internacional con calidad artística Cuando aún restan dos noches para el final, el Cocomarola ha sido escenario de una impecable propuesta musical chamamecera. Los más destacados músicos,rinden su homenaje a los sonidos que identifican a los correntinos. El público, gran protagonista. Espectáculo de calidad óptima y de una puesta en escena impecable. Siempre hay cuestiones por mejorar, pero, sin dudas, se puede afirmar, que la XX FiestaNacional del Chamamé y V del Mercosur, es una carta de presentación de lujo, para el país y el mundo, de lo que es la música correntina. Artistas consagradosde este género, dan cátedra en la catedral chamamacera, el Anfiteatro Cocomarola, cada vez que suben al escenario. A ellos, las nuevas generaciones demúsicos se acoplan impecablemente.Los presentadores, algunos de ellos, como Juan Carlos Cosarinsky y Alfredo Norniella, están presentes desde aquella primera edición que se realizó en elClub Juventus, afirman reiteradamente cada noche que lo que allí están presenciando las miles de almas, es la Fiesta Mundial del Chamamé. Quizás suenepretencioso, pero quien asistió a las noches anteriores, saben que no es una exageración.El Paí Zini, Los de Imaguaré, Teresa Parodi, Carlos Talavera y el Cuarteto Santa Ana, Raúl Barboza, las Hermanas Vera, Teresa Parodi. Los cuatro jóvenesdel grupo Los Alonsitos, que están cumpliendo 25 años con la música, y que tienen 20 en esta fiesta; los Hijos de los Barrios, Nendivei, y tantos otros.Músicos de esta tierra, que rinden culto a estos sonidos que forman parte del ADN cultural de los correntinos y aseguran la permanencia eterna del inmensolegado de los grandes maestros.
El público vibra al ritmo de verduleras y sapucayUn componente importante de esta fiesta que merece ser destacado, es el público. El espectador chamamecero, como el correntino, es respetuoso y tiene unoído afinado para las propuestas que recibe del escenario. Cada noche, más de diez mil almas se unen en un sapucay y se animan, sin mucha destreza quizás,al zapateo. Pero siempre, desde la cortesía y a sabiendas que allí, se esta viviendo una fiesta, y nada debe opacarla.Es así, que la primera noche, por ejemplo, el público supo pasar por alto el corte de energía en el predio que se extendió por aproximadamente 40 minutos.Pero como desde el escenario Osvaldo Sosa Cordero, los Hijos de los Barrios les regalaban sus mejores canciones, el corte de luz pasó a segundo plano.Más allá de gustos personales o estilos, la gente sabe recibir de la mejor manera lo que los artistas les ofrecen. Quizás porque perciben que quien pisaese sagrado escenario chamamecero, viene a dar lo mejor de sí y a ofrecer con su música un homenaje a los sonidos que inmortalizaron don Tránsito, donErnesto, Tarragó Ros, Modesto Barrios, Roberto Galarza, y tantos otros.Vale destacar, la masiva presencia de los jóvenes, que no sólo corean cada una de las canciones que los artistas interpretan, sino que ovacionan y reconocenel talento de los grandes.Esta, es una de las tan fuertes y claras señales de que el chamamé está vivo y que seguirá latente por generaciones.
Desde otros génerosLa trascendencia de esta fiesta, ha superado las posibles barreras que puedan existir en materia musical, cosa que es imposible porque es expresión delalma y por lo tanto, no tiene género, color ni raza. El chamamé ha conquistado el corazón de quien se ha permitido escucharlo desde el corazón.Es por ello que, artistas de otros estilos musicales, han dicho presentes en la XX edición de esta fiesta. Soledad Pastorutti, se robó los aplausos de las más de diez mil personas que en la primera noche dijeron presente en el Anfiteatro. Con la humildad quela caracteriza y su calidad artística indiscutible, ofreció un amplio repertorio chamamecero, donde dedicó un tema a Paso de la Patria, lugar donde aseguraestar siempre hallada y sentirse entre amigos; y hasta se animó a Cantalicio, el tema con el que Marito Bofill hace vibrar a su gente.También con sumo respeto y ofreciendo lo mejor de ella, Liliana Herrero dijo presente. La cantante, elegida como la mejor de la década, y que acompañaraa los más destacados músicos del país, quiso estar presente, demostrando que el chamamé es patrimonio de todos los argentinos, y sobre todo, de los nacidosen el litoral, como ella, que es oriunda de Entre Ríos.Bahiano, ex cantante de Los Pericos, es un confeso amante de la música chamamecera. Quiso ser parte de esta Fiesta Mundial, y de la mano de las hermanitasVera, ofreció su talento animándose a unos tradicionales chamamecitos.Es tanto lo que ya se ha disfrutado en la Catedral Chamamecera, y aún quedan dos noches. La postergada y más que nunca esperada Fiesta Nacional, sin temora la equivocación, superó ya las expectativas de propios y extraños.Los acordes que suenan cada noche desde el Osvaldo Sosa Cordero, y los miles sapucay que la gente ofrece al viento desde el alma, será el sustento quepermitirá aguardar a la próxima edición, porque luego de disfrutar cada una de estas noches, es imposible no quedarse con ganas de más.

fuente: larepublica

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